La planta empieza a desequilibrarse. No es terremoto lo que tambalea, es una angustia cerrada en las células. Atar la fruta consumida por los ojos, protegerse del olor a incertidumbre con el barro ocultando la comba, nuestra manera de saltar está sin fuerzas... nadie sostiene su precio, dime si eres tú el que viene a quedarse mirando los años de las calles y ser un número más o vas a grabar tu accidente. Concluirá un guiño tu sentencia. Un silencio más pide la risa de una vida menos con la misma expresión inanimada.
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