Silencios otorgados

En un renacer crepita la vida, y en vida: renaceré

Telaraña

Algo se me escapa.
He deseado saberlo y ahora me pregunto si tiene una balanza sobre mi espalda.
Quizás no veo el enredo abatido sobre mis ojos consumiéndose en desgana.
Parece saber de mí.
Hoy y ayer despierta el programa en blanco.
Se sientan las preocupaciones en una cáscara helada.
Suceden las noches, dando cuerda a evocar otra realidad en falta.
Sigo aprendiendo a echar en falta.
Esa es la verdad.
No sé dirigirme a la ausencia, rodeo sus nubes y asciendo en una barra golpeada por unos guantes de espina.
En un momento decidí caerme.
Iba trepando el suelo hacia una verja cuando vi una lombriz y arriba una inscripción donde pude borrar la tierra que me cubría los ojos.
Una telaraña nace en adelante