Silencios otorgados

En un renacer crepita la vida, y en vida: renaceré

Mi tiempo ¿De dónde vienes? ¿Adónde vas? ¿Puedo ir contigo?
Así sucede, la continua irreflexión me dispara, coge mis razones y las deja secar, volviendo a ser arena. Lo digo, repetir se contradice de todo revolver lo dicho; accionar no es suficiente si no estás atrapado, es el sentirlo lo que observa en mí una imagen pasada, inmóvil. Debo reír más de inmenso modo y a cambio conocer en mí la prueba de mi evasión y voluntad de cerrar la brecha encendida en el absurdo paladar del tiempo.

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