Silencios otorgados

En un renacer crepita la vida, y en vida: renaceré

Silencio

El silencio me besa la frente. Vengo a estirar este campo risueño en su joroba. Me encuentro embriagado por el soplido de las hojas, los esqueletos que juegan al escondite, el agua enmascarada adoctrinando un sol hundido.
Quieto. Sé moverme o eso creo. Puedo alentar las puntas de mis miedos a romperse bailando las cuerdas que me unen.
Confuso. Me pierdo sin huir los nervios en bandera. Camino y mis pies se desconocen, una razón en el andar quiebra el sentido de mis pasos.
Soy yo el que asfalta mis huellas, la calle mecida en los ojos y el encuentro submarino de las esquinas; vertientes en una demarcación rindiendo silencio.

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